miércoles, 26 de mayo de 2010

Mansada de Samuel, con dos toros de Puerta Grande

Trompetaco nº 56 lidiado 4º lugar. foto: Miguel Faenas

Madrid 26 de Mayo de 2010

20ª de Feria. Se lidiaron 6 toros de Samuel Flores, el 1º con el hierro de Agustina López Flores, bien presentadas pero desiguales. Mansos y deslucidos, excepto el 4º y 6º. Dos toros a los que se les caían las orejas, pero se fueron con ellas al desolladero. El 4º el de mejor pelea en el caballo, embistío de dulce por el izquierdo, por el derecho más rebrincado y acabó al final rajándose. Sin embargo el 6º manso en el caballo, fue a mejor durante el último tercio. Se toreaba solo.


Juan José Padilla volvía a Madrid, después de su última comparecencia en la que se descaró con el tendido. Fue castigado por su acción. Hoy se le esperaba, y sobre todos en los primeros compases de la tarde, fue castigado por el público. Con su primero un manso, nada que hacer, se harta de dar trapazos. Con el 4º uno de los mejores toros, incluso de la feria. Padilla lo recibe con largas cambiadas, tratando de calentar el ambiente, que estaba por lo suelos. Banderillea con más decisión que acierto, y mantine aún así el ambiente. Con la muleta le costó acoplarse en los primeros compases, por el derecho era más molesto, pues pegaba algún gañafón a la salida del muletazo. Consigue cogerlo el pulso por el pitón izquierdo de mitad de faena en adelante, y consigue algún natural de buena factura, aprovechando en mas de una ocasión la inercia del toro. Mata de bajonazo, y hay petición. Bien el presidente en no concederla. Era toro para mucho más, y el bajonazo lo firmó.


Luis Miguel Encabo le tocó el peor lote, pero él no estuvo mejor. Su primero un manso, que salía de najas cada embestida, nada que hacer. Con el quinto un toro muy serio. Encabo estuvo aún peor. No era toro fácil, ni nada parecido, pues embestía descompuesto y deslucido. Se le atravesó la espada, tanto en este como en el anterior. Mal Encabo, ya no tiene crédito.


Iván García, pecho con el lote de más posibilidad, pues su primero un manso, de embestida deslucida y sin clase, el toro iba y venía. García no estuvo mal, pero tampoco bien; el toro no valía un duro pero se movía, en otras manos, pudo tener su faena. Con el sexto no pudo, así de contundente, no pudo con una embestida de ensueño, no por brava y encastada, no, sino porque el toro era una malva, de como embestía, sobre todo por el pitón izquierdo. Le jalearon dos tandas, pero más parecía a la embestida del toro, -que se estaba toreando el solito-, que a la labor del diestro. Perdió una oportunidad de oro.


P.D. que tostón los tercios de banderillas de los tres primeros toros, compartidas por los tres espadas.

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