jueves, 22 de abril de 2010

Uno de la Ventana, para el sopor

Arjona

Sevilla 21 de Abril de 2010

13ª de Feria. Se lidiaron 5 toros de El Puerto de San Lorenzo, el 5º con el otro hierro de la casa, La Ventana del Puerto, que resultó ser el mejor, toro importante. El 1º como sobrero. Más otro sobrero lidiado en 4º lugar de Toros de La Plata, enorme, muy serio pero manso como un buey. Corrida baja de casta, mansa toda ella, excepto el mencionado 5º. Toda la corrida afeitada. Desigual y discreta de presentación.

Enrique Ponce tuvo que lidiar los dos sobreros, el primero de la ganadería titular. Los dos tuvieron el mismo comportamiento, mansos hasta decir basta. Los dos también de muy parecidas hechuras, altones y bastos. Nada hizó Ponce con el lote que le tocó. Bueno sí, perder los papeles a la hora de matar al cuarto. Pocas veces se le ha visto perder las formas a este torero en la plaza. Hoy las perdió ante la incapacidad de matar a semenjante animal.

El Cid agotaba su última comparecencia en la Feria. Y viniendo de fuega juego, hoy no es que se fuera más....... o sí, pero lo disimuló mejor. Por la menos ante el público allí presente. Su primero un manso como toda la corrida, llegó al tercio de muleta, embistiendo con emoción, pero sólo duro tres series; en la cuarta el toro salió despavorido hacia tablas. En esas tres series que duro el toro, Cid lo llevó con prisas,y precauciones, no estaba agusto el torero. Con el toro rajado, nada que hacer.
El quinto fue el toro de la corrida. Tuvo un gran comportamiento en varas, en el primer encuentro, el toro apretó y se encelo con el caballo, costó sacarlo, el segundo encuentro fue menos vistoso, pues apenas le picaron y sacaron pronto, pero el toro fue cumpliendo. En el último tercio el toro repitió con emoción y casta, buen toro de La Ventana. Y Cid quiso hacer mucho, en poco tiempo, y todo salía embarullado, le faltó acople a Manuel. Bien es cierto que las circunstancias le aprietan, pero que mejor manera de torear a un toro así, como se debe... El toro tenía un pequeño defecto, pues al final del muletazo pegaba un pequeño derrote, más acusado cuando le enganchaba la muleta. Cid estuvo por debajo del toro, pese a que la gente le jaleó. Mató de buena estoca arriba, en la que en la suerte el toro descubrió perfectamente echando la cara abajo. Hubo más griterio que petición, por lo que el presidente actuó correctamente. Y la gente no sacó el pañuelo porque en el ambiente quedaba la sensación, de que el toro, mereció otro trato.

Talavante, nada pudo hacer con su lote. Su primer toro duró lo mismo que el primero de El Cid, tres tandas, estas fueron al natural, el toro queria cojer la muleta por abajo y la seguía con codicia, pero encuanto se sintió podido, saliendo huyendo de allí. Talavante se puso encimista con el toro pegado a tablas, haciendolo pasar de un lado a otro. Mató como es habitual. El sexto fue otro manso, sin raza, ni nada.

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